23/5/11

El soldado

Desde ahora soy el soldado de mi vida. La sirvo como sirvo a mi bandera, el soldadito de mi vida soy, mi sola tarea es desfilar. Yo con mis zapatos lo haré. El viento en la cara. En mi pecho canta, avanzo. Se enciende mi sangre, me chorrea la existencia por la camisa, avanzo. Firmes las rodillas, llenas de secretos y de fuerza, avanzo. Pasos rotundos y prietos, imprimo mi corazón, imprimo mi alma, le doy un puntapié, avanzo. A cada paso encierro y libero una vida bajo mi pie, agarro mi destino y lo aplano. Ahí está, el soldadito de mi vida, mi sola tarea es desfilar.

Traducción de Luz Gómez García

8/5/11

La vida en una maleta

Se puede reducir la vida a una maleta: no es más que el conjunto de lo que se queda y de lo que hay que llevar. Puede luchar en una laringe herida o golpear en un bronquio. Es que tú no sabes en qué momento estás solo en tu garganta o en una vértebra, o en el espíritu que se desprende de tus uñas. Se puede reducir la vida a una sola maleta, con unos zapatos relucientes y un libro nuevo —tú no te irás con bártulos viejos, dejas junto lo que se queda y prefieres comprarlo nuevo. Pero los muertos no viajan, residen en un palmo de recuerdos y es difícil arrancarlos del suelo; de todos modos, y sin que sepamos cómo, llegan antes que nosotros.

Traducción de Luz Gómez García